Aunque el duelo es un proceso normal, a veces puede complicarse, es entonces cuando será necesaria una ayuda psicológica en el duelo.
Sobre el duelo
Cuando perdemos a alguien querido sufrimos un dolor que será directamente proporcional a lo que valioso que era para nosotros la persona que hemos perdido. Porque, cuanto más cercana y querida era esa persona, mayor es el dolor.
Las pérdidas forman parte de la vida y dan lugar a lo que llamamos duelo.
El duelo es una experiencia normal que cualquier persona sufre ante el acontecimiento doloroso de la pérdida de un ser querido. Por tanto, el duelo no es una enfermedad, pero puede complicarse.
El duelo es tan natural como llorar cuando te lastimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando tienes hambre y estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera que tiene la naturaleza de curar un corazón roto.»(Doug Manning)
¿Cómo se manifiesta el duelo?
Las manifestaciones más frecuentes durante el proceso de duelo son las siguientes:
Manifestaciones cognitivas
En la esfera cognitiva, la persona puede sentirse confusa, incrédula, con sensación de irrealidad; dificultades en la atención y memoria; preocupación, rumiaciones, pensamientos e imágenes recurrentes de la persona muerta; obsesión por recuperar la pérdida o evitar recuerdos.
Manifestaciones emocionales
Las emociones más habituales suelen ser: impotencia, indefensión, insensibilidad, anhelo, tristeza, apatía, abatimiento, angustia, ira, frustración, enfado, culpa y auto reproche, sentimientos de soledad, anestesia emocional, setrañeza con respecto a sí mismo o ante el mundo habitual…
Manifestaciones fisiológicas
A nivel fisiológico, pueden surgir molestias gástricas, dificultad para tragar o articular, vacío en el estómago o boca seca. Es frecuente sentir una opresión en el tórax o garganta, falta de aire y/o palpitaciones. El dolor de cabeza, la hipersensibilidad al ruido, la debilidad muscular, la pérdida de energía o los trastornos del sueño y de la alimentación, son también habituales.
Manifestaciones conductuales
En cuanto a manifestaciones conductuales en el duelo, se pueden encontrar las siguientes: aumento o pérdida de apetito; alteraciones del sueño, sueños con el fallecido o la situación; conducta distraída; híper o hipo actividad; abandono de las relaciones sociales; evitación de lugares y situaciones; conductas de búsqueda o llamada del fallecido; suspiros, inquietud, llanto; visitar lugares significativos; atesoramiento de objetos relacionados con el desaparecido…
La muerte transforma la relación que tenemos con la persona fallecida, que pasa de basarse en la interacción física a basarse en la interacción simbólica y esto hace que confiemos cada vez más en nuestro fondo de recuerdos para mantener la relación «viva»” (Robert Neimeyer)
¿Cuáles son las tareas o desafíos del duelo?
Las personas que pasan por un duelo han de realizar una serie de tareas o desafíos para completar el proceso, para superarlo. Según Worden, son cuatro las tareas que se deben llevar a cabo:
- Aceptar la realidad de la pérdida.
- Elaborar las emociones relacionadas con el duelo.
- Adaptarse a un medio en el que el/la fallecido/a está ausente.
- Recolocar emocionalmente a la persona fallecida y continuar viviendo.
¿Cómo saber si necesito ayuda psicológica para superar un duelo?
El duelo es un proceso normal pero, a veces, no sigue el curso esperado: es lo que se llama duelo complicado, patológico o crónico. Es entonces cuando necesitaremos ayuda psicológica en el duelo.
Según R. Neimeyer, aunque cada persona debe tomar esta decisión libremente, debe plantearse seriamente hablar con alguien sobre su duelo si presenta alguno de los siguientes síntomas:
- Intensos sentimientos de culpa, provocados por cosas diferentes a las que hizo o dejó de hacer en el momento de la muerte de su ser querido.
- Pensamientos de suicidio que van más allá del deseo pasivo de «estar muerto» o de poder reunirse con su ser querido.
- Desesperación extrema; la sensación de que por mucho que lo intente nunca va a poder recuperar una vida que valga la pena vivir.
- Inquietud o depresión prolongadas, la sensación de estar «atrapado» o «ralentizado» mantenida a lo largo de períodos de varios meses de duración.
- Síntomas físicos, como la sensación de tener un cuchillo clavado en el pecho o una pérdida sustancial de peso, que pueden representar una amenaza para su bienestar físico.
- Ira incontrolada, que hace que sus amigos y seres queridos se distancien o que le lleva a «planear la venganza» de su pérdida.
- Dificultades continuadas de funcionamiento que se ponen de manifiesto en su incapacidad para conservar su trabajo o realizar las tareas domésticas necesarias para la vida cotidiana.
- Abuso de sustancias, confiando demasiado en las drogas o el alcohol para desterrar el dolor de la pérdida.
¿Qué hacer cuándo esto me está sucediendo?
Cualquiera de estos síntomas puede ser una característica pasajera de un proceso normal de duelo, pero su presencia continuada debe ser causa de preocupación y merece atención profesionalizada como la que puede proporcionar PSICOAZUAGA.
Si esto te está sucediendo, quiero decirte que puedo ayudarte en tu proceso de duelo mediante un tratamiento psicológico personalizado.